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La Tecarterapia y sus efectos biológicos.

El equilibrio eléctrico (diferencia de potencial de membrana) de las células y el desplazamiento molecular fisiológico que caracteriza a la matriz son los requerimientos necesarios para la salud del organismo. La aplicación del efecto condensador de los equipos de Tecarterapia a los tejidos crea una corriente de movimiento de cargas por atracción/repulsión que interviene en el denominado sistema básico específico de Pischinger, es decir en la relación entre las células y su microambiente, donde la vida nace y se destruye.

La oscilación que se recrea con las corrientes de desplazamiento, ejerce sus efectos beneficiosos sobre los componentes alterados del tejido (microcirculación arterial, venosa y linfática, matriz, membrana celular).

En el plano subjetivo, tales efectos pueden ser percibidos por el paciente como un incremento térmico endógeno. En los primeros minutos de la aplicación, a pesar de la potencia aplicada, el paciente puede no advertir sensación de ningún tipo, mucho menos estimulación muscular o nerviosa.

En otras palabras, con el efecto condensador no se aplican corrientes estimulantes externas, sino que se ponen las bases adecuadas para que se estimulen las corrientes internas del cuerpo humano para recobrar su capacidad fisiológica (movimientos Brownianos).

Es a través de este movimiento continuo de cargas eléctricas que las informaciones pasan a través de la matriz y alcanzan los receptores celulares.

Dos efectos biológicos

La actividad biológica de la corriente se manifiesta por lo tanto a través de dos modalidades:

1 – El efecto energético, con cesión de energía al tejido biológico intra y extra celular con transformación del ADP en ATP.

2 – El efecto térmico, determinado del robo de los iones entre ellos, con la consecuente hipertermia local que determina un incremento en el flujo sanguíneo con aumento de la demanda de oxígeno y nutrientes.

En la mayor parte de las patologías tratadas es indispensable que se apliquen potencias elevadas durante tiempos breves para que el incremento de temperatura por vía directa y refleja aporte oxígeno y nutrición a los tejidos que sufren.

Tiene, por lo tanto, un efecto térmico que varía en relación a la superficie del electrodo activo utilizado y del tejido tratado. Además del efecto de la bioestimulación, se asiste a un incremento local y reflejo de la circulación arterial y a una importante acción de drenaje venoso y linfático.

Anatomo fisiopatología de la matriz

La vida de cualquier organismo pluricelular superior está ligada a una triada fundamental constituida por: célula – matriz—capilares. En el interior de la triada, el rol de la matriz es el de filtro de todas las sustancias que transitan y también de las informaciones que, bajo forma de ondas electromagnéticas, la atraviesan hasta llegar a los receptores de la membrana celular. Son estos receptores los que están en grado de traducir en práctica el código de estas informaciones.

La matriz, ampliamente revalorizada por los estudios de Pischinger, está constituída por un conjunto de proteoglicanos y glucosaminoglicanos (PG y GAGs) inmersos en una solución acuosa de ácido hialurónico y acompañados por glicoproteínas estructurales (colágeno, elastina) y de glicoproteínas reticulares (fibronectina, laminina y otras).

En la matriz, consecuentemente, están inmersos elementos celulares como fibroblastos, mastocitos, células inmunitarias, terminaciones nerviosas libres y corpusculares, vasos linfáticos y axones. Desde el punto de vista celular, la matriz se delimita con una membrana basal provista de fisuras ultramicroscópicas a través de las cuales las informaciones pueden acceder al interior de la célula.

El estado de densidad de la matriz (sol o gel) y la elevadísima variabilidad estructural de los carbohidratos hace de los polímeros del azúcar soportes informativos de gran eficacia. Y es justamente por esta extrema variabilidad la que permite a la matriz mantener su homeostasis del sistema frente a la acción de los agentes externos o internos de cualquier tipo (memoria a breve término).

A causa de su función principal, la matriz toma también su nombre del Sistema de Regulación de Base o de Sección de Tránsito, pensando en el pasaje a través suyo de todas las informaciones necesarias para el buen funcionamiento celular.

El Glicocálix: el receptor de la membrana celular.

De vital importancia para comprender las relaciones existentes entre células y matrices es la existencia, en la superficie de las mismas, de un estrato glucídico cargado negativamente y anclado a la porción proteica y lipídica de la membrana. Este estrato es específico para cada órgano o célula: el glicocálix. Éste, por otra parte, es el único tipo de receptor que la célula posee a nivel de su membrana, por lo que todo aquello que pasa a través de la sección de tránsito, en un sentido u otro, es necesariamente captado por el glicocálix.

El funcionamiento del sistema de regulación de base está determinado por toda una serie de citoquinas, además de neurotransmisores, neuropéptidos y hormonas que determinan el intercambio de los PG/GAGs en función de las necesidades metabólicas.

La interacción de todas estas sustancias regula la función de filtro molecular de la sección de tránsito. Según la cantidad y la calidad de los componentes de la matriz (proteasas, antiproteasas, pH, concentración de los electrolitos), las moléculas son permitidas pasar, obstaculizadas o rechazadas en función de su volumen y de su carga eléctrica.

Modificaciones de la matriz tras el uso de los equipos

La notable deformación de la matriz nos explica la acción del aparato. A la estimulación mecánica, de cualquier naturaleza posible, la sustancia fundamental reacciona absorbiendo la energía y transformándose en un sistema viscoelástico. Cuando termina la estimulación externa, la distorsión mecánica que la estimulación ha producido tiende a volver a las condiciones primitivas sólo en parte inmediatamente. La porción residual de la modificación determinada por el estímulo es eliminada mucho más lentamente, dando lugar a un ciclo. Este ciclo de histéresis puede ser identificado con un trazado, cuya área representa la deformabilidad de la propia matriz.

La corriente inducida por el equipo causa una notable variación del ciclo de histéresis de la matriz. Este cambio se produce por la inercia generada por las vibraciones del retículo molecular. El aparato provoca ionizaciones y los átomos que se liberan, resbalando los unos sobre los otros, se transmiten recíprocamente el movimiento y determinan una serie de ondas acústicas (fonones).

Producción de sustancia fundamental: energía, vibración, calor… ¡Información!

Una parte de la energía necesaria para el desplazamiento se transforma en energía vibratoria y, en consecuencia, en calor. Es exactamente el calor que se engendra endotérmicamente el que el paciente advierte cuando se utilizan potencias medias y altas. Además, la transmisión de la corriente a través del equipo tal y como sucede con otros tipos de tratamientos que usan radiofrecuencia, se convierte en uno de los varios lenguajes informativos que circulan a través de la matriz. El impulso eléctrico natural circula a través de las vías nerviosas, llegando a la sinapsis donde, a través del neurotransmisor adecuado, el impulso accede a la fibra muscular.

En realidad, los mismos neurotransmisores son capaces de producir sustancia fundamental y, consecuentemente, están en disposición de influenciar el paso de la información.

El aparato es capaz de influenciar el tono basal del lecho capilar en el que la musculatura lisa por norma general emite potenciales acciones de modulación de frecuencia. Estas acciones determinan la relajación de los neurotransmisores por parte de los axones finales del simpático si se tiene una síntesis cíclica de ATP a partir de ADP con un ciclo rítmico de acuerdo con la contracción muscular. Con el mismo ritmo, se obtiene la afluencia de sustancias nutritivas, primero de la matriz y después del interior de la célula.

La “Batería Biológica”.

El uso del aparato permite repolarizar el tejido lesionado dando el aporte metabólico necesario mediante el incremento del flujo arterioso y del flujo venoso y linfático. El factor más interesante es el hecho que la energía necesaria proviene directamente del tejido interesado.

La diferencia de potencial que se registra entre el tejido enfermo hipóxico y el tejido sano bien oxigenado es comparable a aquella que se registra en una batería. De este modo, los vasos sanguíneos pueden compararse a cables conductores aislados a nivel de los capilares, que unen a su vez el tejido sano con el tejido enfermo. A través del transporte transendotelial de los materiales y de la conducción de electricidad en las conjunciones de las células endoteliales, existe una conexión con la sustancia fundamental. Se crea, así, una verdadera y propia “batería biológica”.

El mismo fenómeno se produce también en la leucostasis, donde los leucocitos que disponen en la superficie de una carga eléctrica negativa, se recogen en torno a un tejido con una carga eléctrica positiva. A través del Regenerador Capacitivo, se pueden modificar reacciones bioquímicas locales, instituyendo un gradiente electroquímico inducido externamente.

Cabe destacar el efecto vehiculante que el equipo produce, evidenciable sobre todo en el caso de que se utilicen moléculas químicas de peso molecular inferior a los 40.000 Dalton sobre base hidrosoluble.

El instrumento más completo

En conclusión, de todo lo expuesto hasta el momento parece evidente que el tratamiento con el equipo, trabajando en el tejido básico no específico, constituye un método con varias indicaciones clínicas.

El efecto biológico se traduce en:

-Mejora del flujo arterioso con incremento del aporte de sustancias nutritivas y oxígeno

-Mejora del flujo venoso linfático con mas eficiente expulsión de toxinas y catabolitos

-Mejora del equilibrio de membrana de todas las células presentes en el área tratada (adipocitos, fibroblastos, etc.)

-Aumento del metabolismo por los factores descritos y por el incremento interno de la temperatura (ley de Van’t Hoff)

-Potenciación y sinergia con principios activos que se deseen vehiculizar en la dermis y en la hipodermis

 

Por todas estas razones, el equipo representa en la actualidad el instrumento más completo e inocuo para la recuperación de la anarquía tisular.